lunes, 4 de marzo de 2013

Violencia en colombia Fotografia



Mensaje después de la muerte


Mensaje después de la muerte
El fenómeno de la fotografía post mortem


“Los documentos fotográficos son los reportes de la memoria de nuestra identidad borrada en cada demolición, en cada muerte de los protagonistas, en la escasez cada vez mayor de la transmisión oral, desprestigiada por la eficiencia de lo pragmático.”

Marinello Juan Domingo

El objetivo de  ésta investigación, es realizar un análisis de una historia llena de contenido; de acuerdo con la asociación de la imagen y la experiencia dentro de los estereotipos de la guerra Colombiana centrada en un conflicto armado ,de guerras civiles teniendo como núcleo la Bogotá del siglo xx, usando como referente y hecho principal el Bogotazo.

Mi investigación radica en la reflexión del cuerpo masacrado y como ha sido configurado como imagen propia de una emblemática en la que tanto el cuerpo de las víctimas como el de los victimarios son inscritos en un régimen ético de acciones y prácticas con significativas e implicaciones de orden político, cultural, religioso y el fenómeno de realidad en  Colombia vinculando así a la violencia como referente principal. Mostrando el  cuerpo y la memoria colectiva que tiene como centro los cuerpos violentados.

Como referentes artísticos tendré en cuenta al Colombiano José Alejandro Restrepo, éste artista ha realizado un análisis profundo sobre los motivos que exigen la necesidad de pensar los emblemas y los cuerpos en conjunto, representado en su libro Cuerpo Gramatical, Vidas ejemplares, y el colectivo Punto ORG (2008) en el nos muestra una serie de imágenes de cuerpos violentados y sacrificados, con la que busca hacer entender las “consonancias entre alegorías y rituales, entre representaciones y especializaciones gramaticales de las partes del cuerpo” (Restrepo 2006, 29). Según lo que plantea, su visión e incorporación de “ la violencia de los 80´s” a la actualidad parecen imágenes emblemáticas Producto de una alegoría Barroca que fija un signo y una imagen. Juan Carlos Guerrero

El fenómeno post Mortem y la fotografía después de la muerte se dio en Francia en 1859, la intencionalidad de esta fotografía era vestir al cadáver y hacerlo participe y protagonista de un último retrato grupal, éste tipo de fotografía no era morboso ya que en aquella época la denominación de muerte iba ligada al Romanticismo y por ende tenía un significado más espiritual.


“No tiene sentido pensar la imagen del emblema como ilustración del epigrama, ni tampoco tiene sentido considerar el epigrama como descripción o como explicación de la imagen del emblema. Más bien la cuestión consiste en que el epigrama amenaza al destinatario a mantenerse atento a vincular la imagen del emblema con la imagen suscitada por el epigrama y comprender que la imagen del emblema adquiere sentido dentro de los contenidos filosófico-morales presentes y afirmados por el epigrama.”

Restrepo José Alejandro


Durante el siglo XVI los escritores y lingüistas querían proporcionar al lector el resultado de la imagen de acuerdo con los relatos propiamente literarios en España, daba por conclusión el resultado del emblema Alciato era tanto una afirmación de la división de la producción (artesanal y creativa) como también una afirmación de que la imagen mental es verdadera teniendo como destino la enseñanza.

José Pascual Buxó (1989), considera que Alciato sí estaba interesado en el uso de las imágenes, hay epigramas de Alciato que dan indicaciones expresas de que se cuenta con las imágenes, tal es el caso del epigrama del emblema IX, que inicia diciendo “Píntese el honor de pie, vestido con un manto púrpura” (Stet depictus Honos tyrio velatus) Otro caso es el emblema IV, donde se dice: “Mira cómo un famoso pintor hizo que el niño de Ilión fuera arrebatado por el ave de Jove por los altos cielos”, Alciato referirá entonces la imagen mental




Remontándonos a la historia, donde la barbarie y la violencia hacían parte de nuestro racional común que como fin tenía defender el propio pensamiento; sin dar cabida a lo que se puede llamar la democracia del pensamiento, surgieron varios sucesos entre la disputa del poder teniendo como entes culturales y políticos los partidos liberal y conservador, me refiero a lo cultural, por que trascendió de ser un contenido netamente pragmático a un contenido de defensa y poder, viviendo para la guerra que sin dar espera daría aparición a grupos paramilitares que con violencia iniciaron por masacrar a la población campesina entre otros, el saldo para entonces era de 14000 muertos no todos asociados a las guerrillas, también a las entidades de orden público o híbridos de fuerza pública llamados “Godos y Cachiporros” conservadores y liberales, guerrillas como lo eran los “Pajaros y Chulavitas” Liberales y conservadores también, estos últimos tenían como fin reprimir a la población campesina con el poder del mandatario Mariano Ospina y el poder conservador después de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán y la llegada del ultraconservador Laureano Gómez a la presidencia en 1950 avivaron el conflicto. Véase también Los enfrentamientos entre liberales y conservadores dejan masacres y crueldad Archivos 100 años Periódico el Tiempo.

Comenzó a aparecer como el común denominador de muertes masivas, el código de la tortura en los cadáveres, ya no era suficiente asesinar, tenía que “asesinarse doble o triple ves”. De ahí el coloquial, grotesco y amenazante termino que Pablo Escobar utilizaba en sus sentencias de muerte.

Una de las formas más típicas de asesinato fueron los famosos cortes, “en los cuales los victimarios procedían a fraccionar los cadáveres siguiendo una serie de códigos visuales: corte de franela (un corte en la base del cuello, como una camiseta); corte de corbata (se hacía aparecer la lengua a través de un corte en el cuello) y el macabro corte de florero, en el cual los brazos y piernas eran colocados en el lugar de la cabeza, en una suerte de perverso “arreglo floral” (Roca, 2003).

En este orden, es de suponer que, cometido el asesinato, se procediera a fotografiar a las víctimas a fin de dejar un registro de la sevicia utilizada que pudiese servir como testimonio para la expansión del miedo.

El Corte de Franela fue uno de los más dramáticos. Fue inaugurado por la policía “chulavita” y replicado posteriormente por los “bandoleros Liberales”. Consistía en cortar los músculos y tendones que sostienen la cabeza, con el objeto de que ésta se desplazara hacia atrás, dejando ver un profundo agujero en la zona del esófago. Para llevarlo a cabo, eran necesarias dos personas, una que sostenía la cabeza hacía atrás y otra que hacía las incisiones con el machete. El Corte de Florero aparece citado en el libro La Violencia en Colombia. Sin embargo, no aparece en ningún otro expediente y, por lo tanto, no fue posible corroborar su existencia. Consistía en cortar y separar los brazos y las piernas del tronco, para posteriormente reubicarlos dentro del mismo. Para ello, era necesario vaciar el tronco de su contenido extrayendo las vísceras.

Además de implicar una completa manipulación no solo de las extremidades sino de las partes interiores, este corte produjo una total transformación del cuerpo humano.

El corte más representativo era el de franela que ya con anterioridad nombré fue uno de los más repetidos durante ésta época de violencia, averiguando en otros textos era representativo la inserción de palos en la zona del degüello. Leyendo el ensayo del doctor Juan Carlos Guerrero comencé a notar ciertos rasgos antropológicos que me parece interesante nombrar, el caso de los asesinatos y el nombre de cada uno de los asesinatos se hacia semejante a los cortes que utilizaban al sacrificar los animales tales como los ovinos, porcinos y las aves a continuación adjuntaré parte de un texto

Si la cabeza es el “tuste”, según el nombre dado a esa parte en el ganado vacuno, o el estómago es el “buche” y el cuello es el “guacharaco”, según la denominación en el reino de las aves; los ojos son considerados “la vista” y ésta es regida por “la niña”, única parte del cuerpo humano que no es nombrada por asociación con el mundo animal: “La niña de los ojos jugó un papel central en el contexto de las masacres debido a que los muertos que quedaban con los ojos abiertos no eran considerados verdaderos muertos y, por ello, se les propinaba una segunda y hasta una tercera muerte”(Uribe, 99). Santa Lucía, video-objeto de J.A. Restrepo, 2005 (tomada de Cuerpo
Gramatical).


En el corte de franela, formaban parte de las técnicas para que los ojos no transparentaran un alma viva, como dijo un antropóloga colombiana “ pareciera que matar no basta sino que es preciso lacerar el cuerpo” (Blair 58).

El corte de franela según la antropóloga María Victoria Uribe que se refiere a la época donde cabe resaltar que no son para nada accidentales los nombres de los cortes, dice que la ropa interior era hecha de franela, esa ropa interior, en el caso de los hombres, dejaba ver tan sólo los pies y las manos. Y a pesar que esta prenda no fue utilizada por los campesinos más pobres de aquella época, fue muy conocida, especialmente por que en sus usos cotidianos afirmaba el recato y pudor que caracterizaban mediante conductas de la moral cristiana, representadas en actitudes propiamente puritanas y de vestido.
 
Acá es dónde la religión cobra un significado demasiado importante en el arraigue del campesino y las asociaciones con la pureza de los cuerpos, el alma y el espíritu. La imagen de la Virgen Dolorosa o Nuestra Señora de los Dolores que en España es reconocida como la virgen del Manto Negro, cuyo nivel de recato es tan severo que sólo deja ver las manos y el rostro, también esta virgen viste una prenda que cubre el cuello hasta la altura del mentón, exagerando así la función de la franela siguiendo la regla religiosa, formológicamente estas figuras en su mayoría son hechas de yeso y barro, dado que sólo se podía ver el rostro y las manos, la franela entonces cubriría la ausencia de cuerpo de la imagen de “la Dolorosa”.



El Doctor Juan Antonio Guerrero Segura cree que la inserción de estacas y elementos cónicos como palos era la violación a la intimidad vinculada a las prácticas religiosas y el recato virginal.

Aquí es donde quiero exponer en el relato de la imagen como el cuerpo se vuelve la misma imagen donde ésta cobra cierto poder de comunicación, cuando hace parte del mismo asesinato y cuando la misma imagen que conocemos como cuerpo se hace emblemático y se hace diferente cuando se intenta reorganizar, las fotos revelaban la prueba de la masacre y el sacrificio al cuerpo, también el expresar las consecuencias de la rebelión a los partidos establecidos.

Desde los últimos años del siglo XIX, con el invento y la masificación de la cámara fotográfica, la fotografía -o la puesta en escena de una existencia según Barthes (1997)- ha sido fundamental en la constitución de los patrimonios visuales de las distintas naciones. Al haber registrado “personajes, hechos históricos y sociales, etnias, costumbres y tradiciones”, la fotografía se “ha constituido en un corpus visual que ha sido estudiado desde la antropología, la historia, la semiótica y/o la estética” (Alvarado y Möller, 2009:2). 

Al fotografiar estos actos. Declarada la guerra entre liberales y conservadores, la violencia pasó a ser parte del diario vivir en un importante número de regiones del país. La intensa lucha por la influencia política en el territorio, desató una oleada de violencia sin precedentes en Colombia; violencia que se caracterizó por el nivel de aberración de los victimarios, donde ni las mujeres embarazadas, ni los niños, podían escapar de ser torturados y asesinados. La tortura y la muerte, entonces, funcionaron como una estrategia de poder, de dominio y de subyugación.

En el campo antropológico, “La rama dorada” de Sir James George Frazer fue uno de los primeros trabajos que planteó la necesidad de utilizar los significantes visuales dentro de esta disciplina, mediante la comparación de los diferentes mitos, leyendas y rituales de distintas culturas del mundo. Más adelante, de la mano de importantes académicos como Bronislaw Malinowski, la cámara fotográfica comenzó a ser usada en sus viajes por antropólogos y viajeros,
Con el fin de obtener un registro visual de sus encuentros con las culturas estudiadas. La diferencia entre estas primeras fotografías de tipo etnográfico, y las fotografías simples tomadas por los viajeros europeos desde mitad del siglo XIX, radica, según Shohat y Stam, en que “los pioneros de la imagen grabada apenas cuestionaban la pléyade de relaciones de poder que les permitía representar otras tierras y otras culturas”. Y continúan: “Fotógrafos como George Bridges, Louis de Clerq, Maxime du Camp (…) no documentaron simplemente otros territorios, también documentaron el bagaje cultural que llevaban consigo” (Shohat y Stam, 2002:120).

Esto nos introduce en el debate sobre el carácter objetivo de las fotografías y la pretensión de realidad de las mismas. Importantes autores han llamado la atención sobre el rol que jugaron las imágenes dentro del positivismo clásico, y sobre el hecho de que las fotografías fueran consideradas como registros objetivos de la realidad o como la realidad en sí misma. Mientras que Barthes va a plantear que la imagen no es real, pero que, no obstante, “es el analogon perfecto de la realidad, y precisamente esa perfección analógica es lo que define la fotografía delante del sentido común” (Barthes, 1995:13), Le Goff va a sugerir que los fotógrafos, al igual que los historiadores, no ofrecen un reflejo de la realidad sino representaciones de la misma (Le Goff, 2003:28).

A propósito de los fotógrafos, y en su defecto, de la fotografía como documento histórico, Le Goff va a resaltar el carácter subjetivo del fotógrafo, al indicar que en cada fotografía, éste selecciona su objeto, según sus “intereses, creencias, valores, prejuicios, etc.” (Op.Cit: 28).

En este sentido, aproximarse a las fotografías como herramientas para reconstruir un determinado proceso histórico, es una estrategia metodológica que implica el conocimiento del contexto –en el sentido del autor, sus prejuicios, y las circunstancias históricas- en el cual éstas fueron producidas. Sobre esta cuestión, Juan Domingo Marinello va a hacer hincapié en el carácter no inocente ni imparcial de los documentos fotográficos, al agregar que “toda fotografía reinterpretada tiene carácter de autor revelación más allá de los límites físicos de su encuadre, más allá del contexto de su mundo visible representado” (Marinello, 2002:11).

En la interpretación de una fotografía, y más exactamente en la posibilidad de “leer” este texto visual, “la imagen fotográfica actuaría entonces como una narración contada con cierta intencionalidad a alguien, a quien le permite acceder -si bien de modo discontinuo- a una realidad pasada susceptible de ser leída en su singularidad” (Reyero, 2007:39).

En este sentido los cuerpos reorganizados y fotografiados son cuerpos gestuales, cuerpos en los que las marcas direccionan esos gestos hacia el ámbito de la cotidianidad, al modo de vida campesino, al diario vivir del campesino donde esas marcas y gestos han tenido lugar previamente en el que se presentan el rito cristiano, la vestimenta de fiesta y la preparación al consumo de animales.

La cámara fotográfica comenzó a ser usada en sus viajes por antropólogos y viajeros, con el fin de obtener un registro visual de sus encuentros con las culturas estudiadas. La diferencia entre estas primeras fotografías de tipo etnográfico, y las fotografías simples tomadas por los viajeros europeos desde mitad del siglo XIX, radica, según Shohat y Stam, en que “los pioneros de la imagen grabada apenas cuestionaban la pléyade de relaciones de poder que les permitía representar otras tierras y otras culturas”. Y continúan:

“Fotógrafos como George Bridges, Louis de Clerq, Maxime du Camp, no documentaron simplemente otros territorios, también documentaron el bagaje cultural que llevaban consigo” (Shohat y Stam, 2002:120).

Esto nos introduce en el debate sobre el carácter objetivo de las fotografías y la pretensión de realidad de las mismas. Importantes autores han llamado la atención sobre el rol que jugaron las imágenes dentro del positivismo clásico, y sobre el hecho de que las fotografías fueran consideradas como registros objetivos de la realidad o como la realidad en sí misma. Mientras que Barthes va a plantear que la imagen no es real, pero que, no obstante, “es el análogo perfecto de la realidad, y precisamente esa perfección analógica es lo que define la fotografía delante del sentido común” (Barthes, 1995:13), Le Goff va a sugerir que los fotógrafos, al igual que los historiadores, no ofrecen un reflejo de la realidad sino representaciones de la misma (Le Goff, 2003:28).

Sin embargo, para aproximarse a la intencionalidad del fotógrafo –por más que esta sea aprobada o no- es necesario que el observador comparta, hasta cierto punto, una amalgama de elementos culturales y una red de significados con el productor de la fotografía. De ahí que Barthes hable de la imagen como construcción cultural; al fin y al cabo “es culturalmente como participo de los rostros, de los aspectos, de los gestos, de los decorados, de las acciones” (Barthes, 1997:63-64).

Habiendo finalizado esta breve reflexión sobre el valor de las fotografías como fuente fidedigna para la reconstrucción de acontecimientos históricos específicos, nos interesa entrar a analizar un grupo de fotografías previamente seleccionadas denominadas “imágenes del terror”- que corresponden al libro “La Violencia en Colombia” (Fals Borda et al., 1962) y que ilustran algunos de los episodios más violentos y sangrientos del período de violencia partidista que enfrentó Colombia entre los años 1948 y 1960.



Imagen Nº. 1. Autor desconocido, “Corte de Franela”. 1962.
Colección Guzmán. Fuente: La Violencia en Colombia.



Imagen Nº. 2. Autor desconocido, “Niño salvado (?), de la orfandad…”. 1962.
Colección Guzmán. Fuente: La Violencia en Colombia.



Imagen Nº. 3. Autor desconocido, “Crimen inenarrable: maternidad frustrada”. 1962.
Colección Guzmán. Fuente: La Violencia en Colombia.



Imagen Nº.4. Autor desconocido, “El cristo campesino, o la tragedia de Colombia”. 1962.
Colección Guzmán. Fuente: La Violencia en Colombia.

Sobre las intenciones de Guzmán por publicar dichas fotografías de los muertos del conflicto pese a la crudeza de las mismas, y así llegar a describir con tanto detalle la tanatomanía de la guerra, la comisión aseguro que era “necesario descender con horror, con asco, pero con ilimitada comprensión humana, con heroica y cristianísima caridad, a ese subfondo de miseria, para ver de cerca el alma misma de un conglomerado que se desintegró y buscar soluciones adecuadas con conocimiento minucioso de su tragedia y de su patología” (Op. cit.:245). Está claro que las intenciones de Monseñor Guzmán y compañía, respecto al manejo de la información obtenida, eran puramente humanistas; con la publicación del material, él no tenía otro interés, más allá que el de atestiguar y narrar la barbarie que se estaba viviendo día a día en los campos colombianos.
De esta forma, es claro que detrás de este estudio, e incluso detrás de la selección y la intención de publicar dichas fotografías, está la intención de tres investigadores -comprometidos todos con la defensa de los Derechos Humanos- de rescatar y preservar la memoria de las víctimas y de todo un país: “Es algo que no puede ignorarse, porque irrumpió con machetes y genocidios, bajo la égida de guerrilleros con sonoros sobrenombres, en la historia que aprenderán nuestros hijos; porque su huella será indeleble en la memoria de los sobrevivientes y sus efectos tangibles en la estructuración, conducta e imagen del pueblo de Colombia” (Op. cit.:26).

En relación a la información que pueden brindar los documentos visuales en escenarios de conflicto donde escasean los registros escritos, es válido citar el estudio de Marcela Pinilla sobre las representaciones gráficas de los niños en escenarios de guerra en Colombia, ya que hace referencia a la posibilidad de acudir a alternativas estrategias metodológicas, como los talleres de dibujo, “como un recurso que posibilitara otros caminos de expresión para comunicar lo que no se decía fácilmente a través de las palabras” (Pinilla, 2006:144). Y agrega: “El dibujo está inscrito dentro de un universo cultural que lo provee de significado, y así mismo su contenido posee información sobre la cultura que lo contiene” (Ibíd., 145).

Respecto a las estrategias de difusión de las “imágenes del terror”, en su estudio sobre las representaciones fotográficas de las víctimas por la Comisión de la verdad y la Reconciliación en el Perú, Lizbeth Arenas va a hacer referencia al hecho de difundir las fotografías de las víctimas, como una estrategia para informar y para generar impacto en la gente del común, sobre las atrocidades que se cometieron durante el conflicto: “A raíz del Informe Final de la Comisión de la Verdad estas imágenes cobran importancia y se empiezan a mostrar aquellos rostros “poco conocidos”; se elabora el libro fotográfico y se difunden las imágenes. Con estas fotografías se buscaba dar a conocer el rostro de aquellos que fueron los más expuestos a la violencia política, quizá por ello su búsqueda de impacto, ya que el conocimiento de la guerra entre la gente que nunca la ha vivido es producto sobre todo del impacto de esas imágenes” (Arenas, 2008:111).

En lo referente al análisis de los epígrafes que acompañan a las fotografías, es importante
mencionar a Barthes, quien señala que el texto hace parte del proceso de denotación de la imagen. En otras palabras, “el texto le añade peso a la imagen, la grava con una cultura, una moral, una imaginación” (Barthes, 1995:22). En relación con este punto, es importante destacar el hecho de que en todas las fotografías de la Colección Guzmán, el epígrafe sea original, es decir, colocado allí por el Monseñor Guzmán; quien, no cabe duda, utilizó los textos para llenar aún más de sentido las fotografías, reducir el impacto, y así tratar de direccionalizar la lectura del observador de la imagen. De esta manera, al suponer que quien fotografió a la víctima fue su mismo victimario guiado por la macabra intención de registrar su sevicia e infundir el terror, estaríamos ante una clara contradicción entre la intencionalidad de quién, en primera instancia, tomó las fotografías, y la intencionalidad de quien, en un segundo momento, las intervino (mediante la marcación de epígrafes) y las difundió. De otro lado, es bien sabido que, sin la intervención y manipulación de las imágenes a manos de Guzmán, todo el material fotográfico del período de la Violencia, no habría sido otra cosa distinta a simples “fotografías traumáticas”, de las que ha hablado Barthes para referirse a aquellas imágenes que, por su realismo y su crudeza, están cargadas con “un código retórico que las distancia, las sublima y las apacigua” (Op. cit.:26), bloqueando así cualquier posible lectura o significación.

Continuando con el análisis, al observar la imagen No.3 y su respectivo epígrafe (Crimen
inenarrable: maternidad frustrada), es posible presumir una actitud bastante crítica por parte de Guzmán, que tiende a ironizar dramáticamente sobre las crueldades de los asesinos, por el hecho de asesinar a una mujer embarazada y a su hijo. En el epígrafe de la imagen No.2 (Niño salvado (?), de la orfandad…) llama la atención el uso de la palabra “salvar” de clara connotación católica, que concuerda con la vocación religiosa del Monseñor. Asimismo, al usar el signo de pregunta “(?)”, Guzmán está cuestionando la posible interpretación que señalaría que, gracias al asesinato, el niño ha sido salvado de crecer en la orfandad (posiblemente por el asesinato de sus padres) en un lúgubre escenario de violencia. Con el epígrafe de la fotografía No.4 (“El cristo campesino” o la tragedia de Colombia) Monseñor Guzmán tiende a ironizar respecto al símil que existe entre el campesino que fue asesinado y crucificado, y la figura de Jesucristo en la cruz. De igual manera, mantiene la ironía al preguntarse si la imagen de este moribundo campesino corresponde a una tragedia divina o, por el contrario, corresponde a una tragedia tan real, como brutal. Por último, el epígrafe de la primera imagen (Corte de franela) sugiere el conocimiento de parte del sacerdote de los diferentes cortes, de las diferentes torturas, y de la misma tanatomanía de la guerra.

Vemos entonces cómo las fotografías fueron producidas bajo el firme propósito de generar terror, para luego ser intervenidas, manipuladas o reinterpretadas por Guzmán mediante la inserción de los epígrafes, con el fin de informar, denunciar y sensibilizar a la opinión pública, respecto a los asesinatos cometidos contra los campesinos. Al respecto de la intervención sobre las fotografías realizada por el Monseñor, razón tiene Arenas, a propósito de su estudio sobre la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en el Perú, cuando sostiene que los epígrafes “van a decirnos qué es lo que nosotros tenemos que pensar sobre cada imagen, pero también sobre cada suceso y sobre los hechos en conjunto” (Arenas, 2008:111).

Representación de la otredad ultimada Existen varias diferencias respecto a las clásicas fotografías de tipo etnográfico, y su respectiva intencionalidad, y las fotografías del terror que estudiamos en este análisis. Tomando como ejemplo los estudios que se han realizado sobre las misiones salesianas y la representación visual de los indios fueguinos en el sur de Chile (Alvarado, 2007) y sobre el traslado de los mapuches hacia las exposiciones europeas de finales del siglo XIX (Báez y Mason, 2004), podemos decir, en primer lugar, que en lo referente a la representación de la alteridad indígena, las fotografías sobre los indios de Chile presentan una otredad que es vista como incivilizada, primitiva y salvaje. En las “imágenes del terror”, en cambio, quien desea esbozar su carácter salvaje y violento, es precisamente el asesino, el fotógrafo, el “yo”. De ahí la insistencia en mostrar fotos donde quedaran evidenciados las torturas y los asesinatos de mujeres embarazadas, niños y demás población indefensa. En las imágenes de la violencia, la otredad son los muertos. En escenarios de conflicto social y polarización política, las diferencias de tipo político entre los sujetos y su otredad, gatillan un accionar violento entre las partes, que invita a la exterminación física (con sufrimiento si es posible) del rival y de su familia. Para el caso colombiano, “el crimen se convirtió en un ritual macabro y barroco, la tortura al enemigo y el satanismo en el matar los situó como actores de una experiencia humana difícilmente asimilable” (García, 1996:30). Esta díada entre el victimario y su víctima, y a propósito del estudio de la imagen fotográfica como documento histórico, “permite enfatizar la historia centrada en las consecuencias de la guerra, el dolor, los destrozos y los ataques originados por un victimario claramente tipificado. Lo cual podría entenderse además como un efecto disciplinador donde las tipologías de las víctimas nos indican de donde provendrían los victimarios, quiénes son los causantes de la tragedia, cuáles son las consecuencias y cómo debemos actuar para no entrar en tales categorías” (Arenas, 2008:123).

Al tratar de analizar los motivos por los cuales el victimario decide fotografiar a su víctima, es importante traer al presente lo que señala Zunzunegui respecto a que “controlar las imágenes se convierte, en una forma potencial de poder” (Zunzunegui, 1998:135). El que cierta comunidad observara fotografías de la muerte violenta de determinado sujeto o grupo político, era una clara señal de cuál grupo estaba ejerciendo su influencia y su poder en la zona. Esto tiene que ver con “la dinámica del silenciamiento” de la que habla Taussig, en el sentido de buscar “enterrar la memoria profundamente en el individuo con el fin de crear más miedo y una incertidumbre capaz de entremezclar la realidad y lo onírico” (Taussig citado por Pinilla, 2006:155). De todas maneras, bien lo señala Arenas, la fotografía “ha servido -lo sigue haciendo- como prueba del horror existente en el mundo. Ver una fotografía del horror es confirmar su existencia, es conferirle valor de verdad a esos acontecimientos” (Arenas, 2008:104).

Sacado de Imágenes del terror en Colombia: Reflexiones sobre los documentos fotográficos en escenarios de violencia.

Así entonces una representación gráfica desde otro punto de vista, mostrando al victimario y a la victima como parte esencial del conflicto; la composición de la imagen y el mensaje, esta parte de la historia muy pocos conocen, la aparición de la nota roja, un común denominador del mensaje con imágenes implícitas en el morbo, sin embargo me fijé en el otro lado de la guerra, no en el de la victoria sino en el de la consecuencia, la posguerra en el país, y sus consecuencias. Es importante determinar entonces nuestro trabajo en la comunicación como proceso de desarrollo humano.

Los 5 fenómenos de influencia.

No podría decir que los fenómenos pictóricos están 100% ligados o influenciados por el referente que mostré con anterioridad. La violencia es un resultado masivo que posee diferentes desniveles y formas de construcción, no podemos hablar de la misma barbarie que sufrió Colombia en sus guerras civiles, a las guerras que se dieron en Europa o Estados Unidos bajo el mismo tópico. Es preciso afirmar que Colombia tiene uno de los índices más elevados de violencia en el planeta, sin embargo la fiereza que se vive aún en África es algo que hay que referenciar respecto al conflicto de intereses marcados en una nueva sociedad corrupta y porqué no dictatorial. Somos un país multicultural, algo kitsch, somos la representación de muchas culturas fusionadas.

En el espacio urbano, se adoptan día a día costumbres ajenas a nuestra cotidianidad y ligados los códigos que nos representan. La violencia civil en Colombia pasó de ser una lucha por ideales a un conflicto de intereses, el espacio rural ha sufrido más las consecuencias de la guerra.

Cine

Encontré un cortometraje basado en el mismo fenómeno desde un lugar donde tiene mucha incidencia este tipo de exposición, un país muy parecido al nuestro con más metrópoli y por ende más asesinatos por el conflicto del narcotráfico, Perú saca un largometraje que tiene que ver con el ferviente deseo capital de crear hábitos morbosos de consumo en productos culturales como el amarillismo en la prensa sensacionalista y como afecta a la sociedad.

Latinoamérica

Nota Roja Cortometraje
Director, Kenneth Muller, México Guadalajara, 2003
Nota roja es un filme que recuerda los inicios del trabajo del director español Alejandro Amenábar, en la famosa cinta Tesis (1990), según dijo el actor principal Alberto Eller, organizador de la gala. Tanto Eller, con su compleja caracterización en el corto, como Muller, con su puesta en cámara contundente, fueron elogiados al hacer saltar a toda la sala; hubo momentos en que la tensión llegó a provocar gritos de terror.

Tinta Roja
Director, Francisco J Lombardi, Perú, 2000
Un joven peruano (Giovanni Ciccia) sueña con ser escritor mientras trabaja como redactor en prácticas en un periódico sensacionalista. Por su carácter, se integra fácilmente en la redacción y demuestra día a día su talento. Su jefe, un hombre desencantado, delega en él todos los temas y ve en el joven su propio retrato de juventud. El redactor tiene en su jefe el modelo de lo que él no quiere llegar a ser. Pero el hombre entiende que nunca más podrá actuar como su joven redactor, y se propone cambiarlo y convertirlo en un tipo como él... (FILMAFFINITY)

En Colombia

La Sargento Matacho
Director, William Gonzáles Zafra, Colombia, 2012
1948: la violencia política azota el campo colombiano. En un paraje del departamento del Tolima, miembros de las fuerzas oficiales dan muerte a varios campesinos liberales, entre ellos al marido de Rosalba Velásquez. La joven presencia la masacre y la crisis la convierte en un instrumento de venganza y muerte. Durante una década sus acciones dejarán como saldo un sinnúmero de policías y civiles muertos, y se convertirá en blanco de la persecución del ejército, la policía y las bandas paramilitares de la época. Inicialmente, Rosalba actúa por cuenta propia. Sin embargo, los jefes de bandas armadas ilegales, del partido liberal, opuestas al gobierno conservador, tratan de neutralizar los excesos de Rosalba y la integran a sus filas. La joven se destaca por su arrojo y gana el respeto de sus compañeros. En adelante se la conocerá como La Sargento Matacho. Aunque por su condición mental,  Matacho tiene problemas emocionales  consigo misma y con los sentimientos de  los demás, genera una atracción inevitable. Los jefes de las bandas a las que se une paradójicamente, engendra vidas en su vientrela convierten en su compañera y ella, mientras siega las de sus enemigos. Muere a manos del ejército colombiano cuando está a  punto de dar a luz un hijo de Desquite, famoso  bandolero de la época. 

Víctor Gaviria está rodando recientemente una película del conflicto de los años 50, dando protagonismo a la violencia civil de liberales y conservadores. Trata de el sanguinario y terrible bandolero “sangre negra” que fue reconocido como el asesino del corte de corbata y de franela en Colombia.

Carne de tu carne
Director, Carlos José Mayolo, Colombia,1983
6 de agosto de 1956 durante la dictadura militar de Rojas Pinilla. Explota en el centro de Cali un convoy militar cargado de dinamita¸ destrozando buena parte de las edificaciones tradicionales de la ciudad y dejando al descubierto las raíces de unas casas que por años habían guardado las historias secretas de sus habitantes: familias notables¸ propietarias de Haciendas e Ingenios azucareros circundantes. Una de estas familias recibe la visita de una muchacha¸ quien ha vivido por años en Estados Unidos¸ y es medio hermana de nuestro joven protagonista. Se conocen¸ escarban en el pasado de la familia¸ se atraen uno al otro¸ y se sumergen en un delirio en el que aparecen los antepasados como personajes míticos que protagonizaron también historias de incesto y violencia.

Snuff
Director, Michael y Roberta Findlay, Argentina, 1971

Se considera snuff a las películas que contienen muertes reales, filmadas por motivos económicos para ser parte de un video que será distribuido en un circuito comercial, y no a las muertes que pueden llegar a aparecer, por ejemplo, en las noticias el rumor de la existencia de este tipo de films nació a principios de los 70s, cuando el clan de Charles Manson robó un camión de la cadena de televisión NBC, lleno de cámaras y de film, con el supuesto propósito de registrar sus matanzas.

Como concepto la "película snuff" no aparece hasta 1976, en el contexto de la película Snuff, originalmente llamada El ángel exterminador y filmada en Argentina. El eslogan de la película era "Filmada en Sudamérica, donde la vida es barata". La idea de este filme era sacar partido de la histeria producida por los asesinatos de La Familia de Manson, los distribuidores de la película, añadieron un final que supuestamente retrataba un homicidio real. A fin de generar alboroto, el productor escribió cartas de disgusto al New York Times, haciéndose pasar por un ciudadano preocupado y contrató actores para que protestaran en contra del filme. 

Asesinos Por Naturaleza (Natural Born Killers)
Director, Oliver Stone, guionista Quentin Tarantino, Estados Unidos, 1994

Prensa “sensacionalista”


El espacio, “Sin muerto no hay Fiesta” 2013 Revista Don Juan

En Colombia el conflicto de guerrillas y estado abre paso a una forma diferente de mostrar la noticia en los accidentes de transito, en carreteras y las noticias con titulares muy coloquiales “para el pueblo”, allí los fotógrafos no se hacen esperar y esta se convierte en una de las precursoras de exposición fotográfica más representativa de la “realidad”.

Al hablar de periodismo, es incorrecto o al menos incompleto quedarse en impresiones idealistas acerca de su deber ser. Aunque uno de sus principales propósitos es mantener informado al receptor y generar opinión pública, se debe reconocer que el periodismo funciona gracias a que es una empresa y como tal, no puede dejar de generar lucro.

Inclusive, se puede afirmar que, hipotética e idealmente al margen de la lógica capitalista, la consolidación de los medios en la sociedad occidental no se habría dado. Alfonso Nieto y Francisco Iglesias, catedráticos españoles y autores de La empresa informativa, aseguran que muchas de las causas que permitieron dicha consolidación fueron causas netamente económicas como el crecimiento en los ingresos de la población, la presencia de los medios en el mercado de capitales, el auge de la inversión en publicidad y la aplicación del marketing a la prensa.

La información se convierte en producto y así se valida la búsqueda de ganancia mediante estrategias de ampliación de mercados, controles de calidad y evaluación de los
públicos. Según Iglesias y Nieto, la finalidad de la empresa informativa es tener poder de
informar, alcanzar una situación de dominio intelectual, que se manifiesta en el acceso a la información, poder publicarla y tener influencia sobre el público. Sin embargo, esto no
remueve su factor empresarial ni su capacidad de elegir tanto su configuración como su
estrategia para ganar capital.

En algunos países, como México durante el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, han existido presiones por parte del gobierno para evitar el desmedido amarillismo en los medios de comunicación electrónicos.

En Colombia, el diario el espacio, la chiva son un claro ejemplo de prensa sensacionalista, dicen mostrar la realidad del pueblo. 

En Argentina, un claro ejemplo de prensa amarilla o sensacionalista son, en gráfica, el diario Crónica, el diario Libre, la revista Semanario, Pronto y Caras, mientras que en televisión el ejemplo más famoso es el de Crónica TV.

En Chile, algunos ejemplos son Las Últimas Noticias y La Cuarta, entre otros. En cuanto a la televisión, el canal Chilevisión se ha transformado en uno de los medios más emblemáticos durante el último tiempo, logrando así altos niveles de rating.

En Costa Rica, se pública La Extra, quien se ha enfrentado a críticas desde la publicación en su portada de fotografías de Dennis Marshal, jugador de la selección nacional de futbol, muerto en un accidente de tránsito, desencadenando incluso una demanda que pretende que se censure este tipo de fotografías en la portada para así garantizar la observación de las mismas únicamente con el consentimiento del lector y proteger a los menores de la exposición a la violencia excesiva en sus imágenes.

En Paraguay, son Crónica, Popular, ABC color, este último por el insaciable ataque hacia los gobiernos actuales. En cuanto a la televisión, casi todos se han transformado en los medios más emblemáticos durante el último tiempo, logrando así altos niveles de rating; siendo el canal 2 (El canal de la familia) , quizás, el único que no arrastra este tipo de información.

En Perú, durante el segundo del gobierno de Alberto Fujimori (1995-2000) aparecieron los llamados diarios chicha los cuales al ser de carácter amarillista buscaban desviar la atención de lo que ocurría en el gobierno con noticias y fotos explicitas; actualmente solo algunos diarios se siguen publicando y han suavizado su contenido enfocándose a la farándula local.

 Gaming
Éste fenómeno se da con la llegada de nuevas tecnologías que hacen simular la realidad, sirve para satisfacer el “ello” que según Sigmund Freud es la parte de la personalidad que contiene los deseos que no salen a la realidad.


Carmaggedon



 Fall Out


  Postal




Comic

La violencia no sólo se mostraba en el maltrato físico o en la minusvaloración de las mujeres, también en su excesiva sexualización. Las súper heroínas pasaron de llevar uniformes a lucir bikinis ceñidos donde apenas cabían unos cuerpos tan voluptuosos como irreales. Los dibujos mostraban perspectivas imposibles donde enormes pechos y nalgas atraían la atención de los lectores. Las lectoras hacía ya algún tiempo que habían dejado de interesarse por los cómics súper heroicos.




La película Dredd y Sin City
Dredd basada en un cómic y llevada a la pantalla grande dirigida por Pete Travis un cómic original de John Wagner producida en 2012 y Sin City la ciudad del pecado de Frank Miller producida y ejecutada en 2005



Música

Goregrind éste género utiliza carátulas sangrientas de asesinatos y desfiguraciones del cuerpo como representantes de éste genero se encuentran bandas como Carcass, Regurgitate, con videos como Ninja gangbang.

Lady Gaga

Ésta artista polemizo en los MTV Music Awards en el año 2010 ya que su vestido estaba hecho con trozos de carne cruda. Tenía como objetivo reivindicar la lucha por los derechos de los ciudadanos siendo un poco extravagante marcó diferencia y generó gran conmoción en los medios.

Brujería

El Grupo mexicano Brujería toca death Metal y tienen como influencias el género mencionado con anterioridad el Grindcore o Goregrind en sus letras hablan de sexo, narcotráfico y satanismo entre otros sacaron en 1989 un álbum que trataba de la realidad del narcotráfico cuando practicaban actividades satánicas con victimas humanas donde rendían sacrificios y desfiguraciones del cuerpo sus álbumes “demoníaco” y “Machetazos” generaron controversia por sus portadas en los discos.




Bibliografía


ALAPE, Arturo. El Bogotazo. Memoria del Olvido, Décima Cuarta Edición 14. Bogotá Colombia, 653p

1985. La paz, La Violencia. Testigos de excepción. Editorial Planeta; Bogotá.

ARENAS, Lizbeth. 2008. “Ojos Opacos. Una indagación sobre la figura de la víctima en el relato fotográfico de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú”. Revista Chilena de Antropología Visual. Universidad Academia de Humanismo Cristiano N° 12, pp.103-126. Santiago de Chile.  http://www.antropologiavisual.cl/arenas.htm

Amery, Jean. 2001. Más allá de la culpa y la expiación .Pretextos; Valencia.

URIBE ALARCÓN, Maria Victoria, antropología de la inhumanidad, Un ensayo interpretativo sobre el Terror en Colombia, 2003

Barthés, Roland.
1995. Lo Obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos y voces. Paidós, España.

Barthés, Roland.
1997. La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía. Paidós, España.

Fals Borda, Orlando, Guzmán, Germán, y Umaña, Eduardo.
2005. La Violencia en Colombia. Taurus, Bogotá.



UNIVERSIDAD CENTRAL
PODER E IMAGEN
DAVID ARENAS 

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