lunes, 4 de marzo de 2013

posmodernismo latinoamericano



Posmodernismo latinoamericano


Llamada era postmoderna llega con la ruptura del movimiento modernista al final de la década de los 50 y principios de los 60. Puede considerarse como un nuevo concepto o termino cultural como dice Fredric Jameson “Aunque no es una ruptura-acontecimiento exclusivamente cultural, sino que corresponde también con lo que la sociología ha llamado “sociedad posindustrial”, “sociedad de consumo”, “sociedad de los media”, “sociedad de la información” o “sociedad electrónica”.

Aparte de tener un concepto ideológico, este término de postmodernidad lleva consigo características socioeconómicas, fundamentadas en el capitalismo, la tecnología, la información, el consumo, entre otras; debido a que se trasciende una era sumamente industrial como lo fue la era modernista. Aunque el mismo término “post” puede declarar la sucesión del modernismo, el postmodernismo es como empezar de ceros en un ciclo de la historia, ya que este se opone desde muchos puntos de vista, tanto filosóficos como culturales al modernismo, por como dice Willy Arranguren “al no otorgarle la felicidad prometida al hombre”.

Como dice uno de los filósofos que más estudio el postmodernismo, siendo también defensor de la diversidad cultural, dejando claro su rechazo por el proceso económico del modernismo y por la pérdida de las libertades en esta etapa. Jean Francois Lyotard afirma que el postmodernismo “es una manera de reprimir el pasado donde además es una tendencia dentro del modernismo caracterizada por su rechazo a deplorar e incluso por su disposición a celebrar nuestra incapacidad de experimentar la realidad como una totalidad ordenada e integrada”.

En Latinoamérica el concepto de  “posmodernismo”,  además de desarrollar un papel importante en contextos económicos, sociales y culturales; como dice el escritor chileno, Norbert Lechner “se ha vuelto una cuestión política. Se critica un neocolonialismo fuertemente marcado que degrada nuevamente las teorías latinoamericanas y no las toma en cuenta. Desde el punto de vista de la historia latinoamericana como “una historia de la resistencia contra el mundo nocivo europeo-americano”.
Es decir en esta época en Latinoamérica, los pensadores o científicos de esta era, quieren resaltar las bondades propiamente latinoamericanas, rechazando así actitudes, pensamientos, acciones, ajenas a nuestro rasgo cultural. Por otro lado el posmodernismo sirvió como un instrumento de crítica a la realidad vivida en ese entonces, en los países latinoamericanos.

Por ejemplo en Venezuela, frente al conformismo político del período que precedió al “Viernes Negro” (crisis económica) con grandes ingresos petroleros y caracterizado por el aumento de las importaciones, el consumo excesivo, la evasión fiscal y la corrupción pública y privada; Diego Barboza y Pedro Terán, “realizaron un estudio antropológico de la cultura popular, el folklore y de los mitos fundadores de la república. A ellos se sumarían desde posturas divergentes y heterodoxas Rolando Peña, quien había explorado los rituales de santería, Carlos Zerpa, y después Juan Loyola”.[5] Lo cual les ayudo a intervenir en diferentes ocasiones para resaltar esa imagen perdida pero característica de Venezuela o para intervenir de manera crítica, hacia esa realidad vivida en Venezuela por ese entonces, como lo había sido la crisis económica del viernes negro.

En un caso más específico Diego Barboza intervino en un espacio público, realizando lo que el nombro la “caja del cachicamo, donde una multitud se cubría con una extensa lona roja preparada por el artista para simular la caparazón del animal, produciendo lo que Elsa Flores detectó acertadamente “una feliz alianza de elementos conceptuales y alusiones folklóricas” (Flores 1983: 89)”.

En esta intervención visual podemos ver que el autor quiere resaltar la parte colectiva por encima de la individual, además de que el contenido a expresar (el cachicamo) es un animal característico de Suramérica, y sobre todo de Venezuela.



Otra persona comprometida en resaltar, a través de la imagen esa identidad perdida en el modernismo es Mario Abreu, por interesarse en los procesos rotundamente latinoamericanos y sobre todo venezolanos como la magia, el chamanismo, la cultura underground, lo cual formaba parte de su historia y de su cultura. Una intervención donde  dejo ver ello fue en las “cajas mágicas”.



“Abreu, a quien llegué a entrevistar, en 1979, en la Galería de Arte Nacional, Caracas, comía chimo como una práctica de nuestros indígenas ancestrales y como parte de reivindicar una acción de nuestras culturas pasadas, en sí por cuanto le gustaba, independientemente del sitio o del espacio donde estuviese inmerso, como persona. Este simple acto se mostraba contestatario desde la simpleza de la vida, desde lo elemental del diarismo, así como hacer una especie de grafittis, con algún morrocoy casero donde él escribía, en su caparazón, por ejemplo “así camina el gobierno”, refiriéndose a uno de turno; o también fotografiar a una pareja de morrocoyes haciendo el amor.”

Asi como Diego Barboza y Mario Abreu, Carlos Zerpa exploraba lo popular desde un punto carnavalesco, al mostrar el lado oscuro y grotesco, de los símbolos patrios y los rituales religiosos o mágicos en sus obras. Un reflejo de ello fue su performance, “cada cual con su propio santo” presentado en el teatro la campana de valencia, censurada por su crítica a la religión institucionalizada



Luego del aporte del posmodernismo a la imagen, caracterizado en América Latina por sus colores extravagantes en la pintura, por su folclor o como se refiere Arranguren al postmodernismo en la imagen (“se trata de un arte de lo superficial, de lo poco profundo, de lo inmediato pero que también se interesa por el fetichismo, por la mágico, por el chamanismo, por los objetos de la sociedad del consumo en su revitalización; el postmodernismo asumirá una actitud crítica en cuanto a lo social, a la economía, a la política, tendrá una actitud contestataria, de protesta, ante la pobreza social, asumirá la utopía de las libertades totales, del arte sin barreras, donde cualquier cosa, acción del hombre, evento de la humanidad a contracorriente pueda ser asumido como obra de arte”.) Causo gran auge a nivel mundial para el estudio de las artes visuales por parte del resto del mundo.

El posmodernismo en la literatura y el cine.

El posmodernismo o boom latinoamericano, se concibe como un estilo narrativo, pero también como un fenómeno comercial, el cual se toma como un redescubrimiento para Europa de la literatura hispanoamericana, de ahí su nombre de boom latinoamericano.
Es caracterizado por ser participe la imaginación poética, por la alucinación de las historias narradas, además de manejar una comunicación más real en sus narrativas y un lenguaje más cotidiano en sus escritos. Como movimientos netamente americanos podemos destacar el creacionismo: el cual consiste en crear nuevas realidades, el estridentismo: el cual es influido por el futurismo, y el ultraísmo impulsado por Jorge Luis Borges, donde se mezclan los elementos ultraístas con caracteres autóctonos o propios.
Una poetisa en la literatura latinoamericana es Alfonsina Storni nacida en Suiza en 1892, pero llevada a muy temprana edad a Argentina, su poesía está impregnada de lucha, audacia, amor y una reivindicación del género femenino, además uno de sus mejores poemas a resaltar es ¡Adiós!
Las cosas que mueren jamás resucitan,
Las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
Es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
Dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
Se agotan por siempre, por siempre jamás!

Un ejemplo claro del cine posmoderno, es la película ciudad de Dios (Brasil 2002) dirigida por Fernando Meirelles, donde su estructura se basa en la violencia, la corrupción, y la fatalidad, además es protagonizada por dos niños (Roquet y Ze pequeño). Donde la estética de filme quiere mantener su estética local lo cual es muy característico al movimiento posmoderno, además de dejar en evidencia actitudes y lenguajes muy cotidianos en la película.



“Aunque podríamos llegar al extremo de afirmar que no existen textos posmodernos, sino tan sólo lecturas posmodernas de textos, sin embargo es necesario señalar la existencia de un conjunto de rasgos que distinguen a un corpus específico de películas, especialmente a partir de la segunda mitad de la década de 1960”.

La presencia simultánea o alternada de rasgos o características clásicas y modernas es a lo que se conoce como cine posmoderno, aunque por otro lado como dice Lauro Zavala, a partir de esta presencia de rasgos clásicos y modernos en lo posmoderno, el concluye que no existen películas que pertenezcan como tal a lo clásico, moderno o posmoderno.

El nombre de Fernando Solanas es muy reconocido a nivel mundial, por retratar en sus filmes la situación económica, política y social de Latinoamérica particularmente de Argentina. Además Solanas es caracterizado por manejar una ruptura hacia los cánones cinematográficos del momento, por ejemplo en la lectura que hace el espectador de la película, Solanas no solo quiere hacerle un énfasis en la lectura, hacia el contexto socio-político de la época, sino además quiere interrumpir, estorbarle o desestabilizar la fluidez del espectador con las imágenes. Por eso la discrepancia que tiene el público europeo, quienes están acostumbrados a la eficacia y la rapidez de las historias clásicas, por ello esa discrepancia en el film (Tangos, el exilio de Gardel) donde sus personajes comparten y debaten opiniones acerca del espectáculo que van a montar, haciendo así la historia y su desenlace más largos. Además en esta película Solanas se aleja del esquema melodramático tradicional.



“El cine, crucial espacio de representación dominado históricamente por la mirada falocéntrica y diseñado para el placer masculino, está siendo reformulado por la incursión decisiva de directoras mujeres posmodernas y posfeministas”.

En la película “la niña santa” dirigida por Lucrecia Martel, la cual (como varias autoras posmodernistas) quieren cuestionar el papel que asume la mujer en determinado contexto. Martel en el film “la niña santa” refleja el cerrado ámbito social provinciano, los cruces  de las generaciones, además deja en evidencia el alto grado de sensualidad.

Amalia tiene una revelación religiosa en la cual muestra que tiene que salvar del pecado al hombre que la hizo reconocer su gusto sexual. Es decir muestra en su forma total la vida real de una adolescente mostrando así, temas a poco tratar como se hacía anteriormente la sexualidad y el papel que asume la mujer en esa sexualidad, ya sea como objeto sexual o como salvación a esa necesidad de amor por el otro individuo.


El posmodernismo en el arte.
El posmodernismo en el arte latinoamericano se caracteriza por manejar colores vivos, se caracteriza por su folclor, por la magia característica de la sociedad latinoamericana. Se puede decir que el surrealismo y el pop art son demasiado cercanos al posmodernismo artístico.

Xul solar es un representante del arte posmodernista argentino (san Fernando 1887 – 1963), le podemos atribuir la creación de un lenguaje pictórico llamado “criollismo”.
“Xul Solar es uno de los máximos exponentes del arribo de las vanguardias a la Argentina en la década del ’20. La obra está ligada a una particular personalidad: sus preocupaciones pasaban por la filosofía, la lingüística, la religión, el esoterismo, la teosofía, las ciencias astronómicas, submarinas, las técnicas pictóricas y la música.


Inventó varios idiomas: la “panlengua” (pan = todos), el “neocriollo”, creó un juego basado en el ajedrez y la astrología “el panajedrez”.





Por otra parte Francisco Toledo (Oaxaca, México 1940), trabajo en la pintura, la litografía, grabado, escultura, cerámica y diseño para tapices. “En sus cuadros, grabados y dibujos da protagonismo a figuras humanas. De igual importancia son animales antropomorfos y paisajes animistas, cuyas raíces se descubren en el folklore de Oaxaca, la mitología precolombina y en leyendas de la época colonial. Toledo ha llegado a una comprensión profunda de la iconografía de México. Desarrolla un discurso artístico matizado con

el pensamiento y la expresión plástica de su región”.




El posmodernismo en la Arquitectura.

Para Jencks y Stern “el posmodernismo es un movimiento cuya característica más importante es e haber agrupado a una serie de tendencias, en algunos casos antagónicas (como también ocurrió con el movimiento moderno) que tienen en común buscar una salida del estancamiento en el que había caído la arquitectura en las últimas décadas, después de la desaparición de los grandes maestros: Le Corbusier, Wright, Miles Van Der Rohe.”[13] La posmodernidad utiliza conscientemente modelos y raíces históricas, la simetría vuelve a ser admitida, la columna de la antigüedad, la ventana semicircular.

La posmodernidad en la arquitectura se vuelve populista, algo comprensible, algo denotable para la gente que vive en las urbanizaciones o en la ciudad.

Uno de los referentes reconocidos es Robert Venturi con su libro “complejidad y contradicción en arquitectura”, En los años 60 y 63 construye en Philadelphia la casa Guild House, el cual es un edificio simétrico con aberturas decorativas distribuidas sobre la fachada, aparece también la ventana semicircular que será un icono en esta época posmoderna.

“El eje problemático de la cultura arquitectónica latinoamericana parece girar alrededor de tres cuestiones, debatidas y polémicas: Identidad, modernidad, crisis. Es decir, ahora nos preguntamos -a diferencia de lo que nos preocupaba en pleno auge del funcionalismo- cómo podemos concebir, proponer y hacer arquitectura moderna (de nuestro tiempo) que tienda a conservar, profundizar y desarrollar nuestras identidades nacionales (de nuestro lugar y nuestra historia)”

En el coloquio de Cali se intentó caracterizar el proceso contemporáneo de la arquitectura latinoamericana, ya en plena evidencia de la crisis originada por la dependencia y el subdesarrollo. Asistieron arquitectos de Cuba, Uruguay, México, Perú y Colombia, quienes su propósito a expresar era el inconformismo hacia los modelos de la arquitectura moderna europea, además expresando así su postura crítica de la arquitectura latinoamericana en los 70.

Por su parte Silvia Arango quien formo parte del encuentro siguiente al de Cali (Buenos Aires 1984,1985) escribió un libro llamado “historia de la arquitectura en Colombia”, “posee entonces una doble importancia, porque no sólo constituye un aporte valiosísimo a nuestra cultura. Es también vehículo de encuentro de unas nacionalidades que teniendo tanto de igual, tanto de hermanas, han persistido en los desencuentros de manera tan ciega y tozuda”.





Frontones griegos, columnas jónicas, rosetas medievales, balaustradas Neoclásicas, molduras, filigranas, vitrales, murales, bajos relieves figurativos, hacen parte de las características de las edificaciones posmodernistas en Latinoamérica. 

El posmodernismo en la publicidad.

El estilo posmoderno en la publicidad se enfoca más en el contenido del mensaje, a diferencia de la publicidad clásica que se encarga de resaltar cualidades del producto enunciado. Procura persuadir al público a partir de enunciados espectaculares, llamativos, ingeniosos, divertidos e irónicos; Un ejemplo de esta nueva forma de persuasión es la publicidad BTL (Bellow The Line).sin una



En Latinoamérica empresas de marketing como lo es Latina BTL, crearon esta campaña para manejar una relación de marca (en este caso coca cola) con el cliente o el consumidor. Siendo así de forma divertida, alegre participativa, entre otras.




El posmodernismo en la moda juvenil.

En la universidad de Palermo de Argentina, la docente Graciela Pascualetto realizo un trabajo de investigación con sus estudiantes, donde el enfoque principal de ellos era el imaginario de la juventud actual. Unos optaron por estudiar tribus urbanas, otros por ídolos musicales, otros por la forma de producción industrial y artesanal del vestuario de los jóvenes. Donde a medida de que se fueron lanzando los resultados, se reflejaba que los hábitos y costumbres de dichos grupos de estudio, habían cambiado por factores como la “globalización y el consumo”.

“Como movimiento cultural, el pos modernismo tiene un mensaje sencillo “todo vale” este mensaje no es ni conservador ni revolucionario, ni progresista más bien hace posibles todos los tipos de movimientos artísticos, políticos y culturales”.







UNIVERSIDAD CENTRAL
PODER E IMAGEN
DIEGO FERNANDO GUZMAN

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